Libro
de Génesis Cap. 22, Podcast #018
Aconteció
después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien
amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los
montes que yo te diré. Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno,
y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el
holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo. Al tercer día alzó
Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos. Entonces dijo Abraham a sus siervos:
Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos, y
volveremos a vosotros. Y tomó Abraham la leña del holocausto, y la puso sobre
Isaac su hijo, y él tomó en su mano el fuego y el cuchillo; y fueron ambos
juntos. Entonces habló Isaac a Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él
respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo: He aquí el fuego y la leña; mas
¿dónde está el cordero para el holocausto? Y respondió Abraham: Dios se
proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos. Y cuando
llegaron al lugar que Dios le había dicho, edificó allí Abraham un altar, y
compuso la leña, y ató a Isaac su hijo, y lo puso en el altar sobre la leña. Y
extendió Abraham su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo. Entonces
el ángel de Jehová le dio voces desde el cielo, y dijo: Abraham, Abraham. Y él
respondió: Heme aquí. Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le
hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu
hijo, tu único. Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas
un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el
carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Y llamó Abraham el
nombre de aquel lugar, Jehová proveerá. Por tanto se dice hoy: En el monte de
Jehová será provisto. Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez
desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has
hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te
bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como
la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de
sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra,
por cuanto obedeciste a mi voz. Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron
y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba. Aconteció después
de estas cosas, que fue dada noticia a Abraham, diciendo: He aquí que también
Milca ha dado a luz hijos a Nacor tu hermano: Uz su primogénito, Buz su
hermano, Kemuel padre de Aram, Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel. Y Betuel
fue el padre de Rebeca. Éstos son los ocho hijos que dio a luz Milca, de Nacor
hermano de Abraham. Y su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz también a
Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.
Como
hemos escuchado, tiempo después que Abraham despidió a Agar con su hijo Ismael,
Dios habló a Abraham para probarlo. Dios estaba preparando la Fe de Abraham
desde su primer encuentro en Ur de los Caldeos hasta este último acontecimiento,
donde después de 50 años, Abraham nos dará a toda la humanidad la revelación de
la redención a través de la cruz de nuestro Sr. Jesús. Santiago en su carta nos
explica como Abraham ejecuta la fe con obras, Obras de la Fe, no obras de la
Ley, en el Cap. 2 vers. 20-24 diciendo: “¿Mas quieres saber, hombre vano, que
la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro
padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó
juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se
cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por
justicia, y fue llamado amigo de Dios.” Dios perfecciono la Fe de
Abraham, para llegar a la obra de la cual hablaremos en este capítulo.
Dios
habla con Abraham y le dice que tome a su hijo único, a Isaac, a quien Abraham
ama y lo lleve a tierra de Moriah y lo ofrezca en holocausto en uno de los
montes de aquel lugar que el Sr. Le mostrara.
Como
sabemos Abraham no solo tenía a Isaac, tenía también a Ismael, pero Dios le
dice que tome a su único hijo, al que ama, a Isaac. Dios separo a Ismael de
Isaac, pues el heredero de la promesa era Isaac y el único en el que Dios cumpliría
su promesa de bendecir a todas las naciones del mundo, porque de éste vendría nuestro
Sr. Jesús. Aquí también encontramos la palabra amor, la cual es usada por
primera vez en la biblia y con un contexto de sacrificio; en el evangelio de
Juan 3:16 “nos dice: que de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna.”
Creo
que el primer mensaje de amor que Dios nos revela en su escritura, es el de un
Padre hacia un hijo, Abraham tendría que enfrentarse a ese amor, y a esa confianza
en Dios para hacer lo que hizo.
También
es interesante saber, que el mismo monte donde se construyó el templo y donde
nuestro Sr. Jesús entrego su vida, es el mismo donde Abraham estaba subiendo
para entregar a su hijo en holocausto.
Abraham
se levantó de mañana, atendiendo inmediatamente a la orden de Dios, preparo un
asno, corto leña, tomo dos siervos y emprendió el viaje hacia el lugar donde
Dios le había dicho, una vez allí, al tercer día de la excursión, ordeno a sus
siervos esperar con el asno, y tomando la leña para el holocausto, la puso
sobre su hijo Isaac, tomo también fuego y el cuchillo para el sacrificio, y subió
Abraham juntamente con su hijo Isaac al monte para adorar al Señor. Recuerdo cuando
era más joven, veía un programa de televisión donde pasaban una caricatura llamada
la biblia, donde te pasaban caricaturas bíblicas, y recuerdo que cuando vi la
historia de Isaac, siempre veía a un niño yendo con su padre anciano Abraham,
pero la leña necesaria para un sacrificio de tal magnitud, es realmente mayor
que la que solía ver en la televisión, Isaac, no era un niño, Isaac era un
joven, de quizás 20 años o más, hay quienes aseguran que tenía 33 años. La edad
de nuestro Sr Jesús cuando fue crucificado, pero el punto es que no era un niño
indefenso a merced de su padre Abraham, era un joven lo bastante fuerte para
cargar la leña la cual sería usada para su propio holocausto. En este pequeño versículo
podemos encontrar bastantes similitudes entre nuestro Sr. Jesús e Isaac, siendo
él quien carga su propia leña, siendo obediente a su padre subió juntamente a
adorar a Dios. Isaac le pregunta a Abraham respecto al cordero, diciendo, no
hay cordero para holocausto, y Abraham lo consuela diciendo Dios proveerá cordero.
Y En efecto, Dios nos proveyó de cordero.
Cuando llegan
a la sima y preparan el altar para el sacrificio, Abraham ata a su hijo Isaac y
lo pone sobre el Altar. Isaac era un joven con la suficiente fuerza para huir
del lugar y no permitir que su padre lo amordace y lo sacrifique, pero esta
parte me encanta por parte de Isaac, Isaac confiaba en su padre, creo realmente
que Isaac veía en su padre un hombre de Fe en Dios, un hombre que seguramente a
lo largo de su vida le demostró su fe hacía con Dios, estoy seguro que vio
poder revelador de Dios hacia su familia incontables veces, y esto lo convertía
en un joven que sabía dejar las cosas en manos de Dios, Dios proveerá, y como
siervo de su padre se entregó, mansamente, se dejó amordazar y recostar sobre
el altar de leña. Cuando Abraham extiende su mano con el cuchillo para degollar
a su hijo, Dios lo llama desde el cielo y le dice que se detenga.
Cuando
hablamos de Isaac, podemos sacar muy buen partido de ejemplos mesiánicos,
ejemplos de los cuales solamente el Mesías cumpliría, y es justamente en el
sacrificio, en la última prueba de fe que Dios le hace a Abraham, que Dios detiene
el sacrificio de Isaac, ya que el sacrificio del cual nosotros debemos siempre
voltear, es el sacrificio de nuestro Sr. Jesús, aquél que como cordero manso se
entregó humildemente a sus verdugos, los cuales lo inspeccionaron y dando de
azotes lo llevaron hacia el monte de la calavera, donde 2 mil años antes Dios había
prometido a Abraham un cordero, sin mancha, sin pecado, perfecto para la redención,
no solo de un pueblo, sino de toda la humanidad. Nuestro Sr. Jesús, Santo es su
nombre, Santo su sacrificio, muriendo una sola vez y para siempre.
Y
cuando Abraham mira hacia sus espaldas, había un carnero trabado en un zarzal
por sus cuernos, y Abraham lo tomo y lo ofreció en holocausto en el altar en
vez que su hijo. Y Dios finalmente le reitera su promesa de que su descendencia
sería incontable, como las estrellas del cielo y como la arena del mar, y en tu
SIMIENTE serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste
a mi voz.
Por último,
en este capítulo se hace presente el nombre Rebeca, la que había de ser esposa
de Isaac más adelante, nieta del hermano de Abraham llamado Nacor.
Hermanos,
la Fe de nuestro padre Abraham fue de 0 a 100, Dios lo preparo para que en este
último episodio en la vida de Abraham, resaltase su confianza hacia Dios. De la
misma manera, Dios nos sigue preparando, día con día, con experiencias en
nuestras vidas, con nuestras luchas, pero sobre todo con nuestras victorias,
para poder ser perfectos en la fe, logrando obras en la Fe para la gloria de
Dios.
Que Dios
los bendiga hermanos esta semana, llevándolos en estas obras de la Fe a lo
largo de ésta, y nos vemos en la próxima con un poco más.