martes, 30 de agosto de 2016

Podcast #001 Agosto 29 Charles Spurgeon Dia




DEVOCIONALES INSPIRADOS EN “DIA Y NOCHE DE CHARLES SPURGEON”
Agosto 29
“Ten piedad de mi, oh Dios.”   
Sal 51:1

Cuando el Dr. William Carey estaba sufriendo de una enfermedad peligrosa, se le hizo la consulta, de que, "Si esta enfermedad pudiera resultar fatal, ¿qué pasaje seleccionaría como el texto para su sermón fúnebre?" Él respondió: "Oh, siento que un pobre pecador no es digno de tener nada, dijo de sí mismo; pero si un sermón fúnebre debe ser predicado, que sea de las palabras, "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis transgresiones ", dijo esto citando el primer versículo del salmo 51. En el mismo espíritu de humildad dirigió en su testamento que la siguiente inscripción y nada más se deba grabar en su lapida:

WILLIAM CAREY, NACIDO EL 17 DE AGOSTO, 1761: MURIÓ -en la fecha que Dios lo llamó -
"Un gusano miserable, pobre, e indefenso
En tus tiernos brazos me quedo ".

El Dr. William Carey, fue un gran teólogo y precursor del nuevo sistema misionero por parte del ministerio Bautista de su época, y a pesar de su gran reputación como misionero, jamás se sintió honorable ante nuestro Sr. Dios.
Sólo sobre la base de la gracia gratuita, puede el más experimentado y más honrado de los santos acercarse a su Dios, entendiendo su gracia en el sacrificio de nuestro Sr Jesús. Los mejores hombres están conscientes sobre todos los demás que ellos son solo hombres, nada más.  Y así como los botes vacíos flotan alto, los barcos muy cargados son hundidos en el océano; de la misma manera, los mejores profesores pueden presumir de su intelecto, pero los verdaderos hijos de Dios, los verdaderos cristianos lloran por misericordia de su inutilidad. Tenemos necesidad de que el Señor tenga piedad de nuestras buenas obras, de nuestras oraciones, de nuestras predicaciones, de nuestras limosnas y de nuestras pertenencias. La sangre no sólo fue rociada en los postes de las casas del pueblo de Israel, sino en el santuario, el propiciatorio, y el altar; ya que como el pecado se introduce en nuestras cosas más íntimas, se necesita la sangre de nuestro Sr Jesús, en cada área de nuestra vida y nuestro ser, para purificarlas de cualquier contaminación.

Como observamos hermanos, ¿si necesitamos la misericordia de Dios para poder realizar correctamente nuestros deberes, cuanta más misericordia por nuestros pecados?
Recordemos, que la inagotable misericordia de Dios está a la espera de tener piedad de nosotros, para restaurar nuestras rebeliones y volver a la vida nuestros huesos secos.

Dios los bendiga este día, hasta mañana.

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