domingo, 10 de julio de 2016

Mateo 1 - Genealogía de Cristo Jesús y el nacimiento - Podcast #001

 
“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró de Tamar a Fares y a Zara, Fares a Esrom, y Esrom a Aram. Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón. Salmón engendró de Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí. Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.
Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa. Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías. Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías. Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías. Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, en el tiempo de la deportación a Babilonia. Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel. Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor. Azor engendró a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud. Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.

domingo, 3 de julio de 2016

Genesis 20 - Abraham y Abimelec - Podcast #016


De allí partió Abraham a la tierra del Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar. Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara. Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. Mas Abimelec no se había llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente? ¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto. Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases. Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos.
Entonces Abimelec se levantó de mañana y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera. Después llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo. Dijo también Abimelec a Abraham: ¿Qué pensabas, para que hicieses esto? Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer. Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer. Y cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Ésta es la merced que tú harás conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es. Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer. Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca. Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada. Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos. Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham.  (Génesis 20)





Como hemos escuchado, Abraham partió del Encinar de Mamre, ubicado en Hebrón, donde había vivido más de 20 años y donde seguramente Dios determinó que era tiempo que se moviera, y lo mandó al Neguev, al reino de Gerar.
En este lugar Abraham nos deja ver nuevamente su astucia sin tomar en cuenta a Dios, Abraham siguió presentando a Sara su mujer como su hermana, y cuando entra en el reino de Gerar, el rey Abimelec manda por Sara con intenciones de tomarla como mujer, pero Dios habló a Abimelec en sueños y le advirtió de no tomar la mujer de Abraham. Hermanos, el pecado de adulterio, es un pecado que Dios castiga severamente, debemos entender que todo pecado es pagado con la muerte (Rom 6:23), y que la muerte misma es el cumplimiento de este pago, de tal manera que todos morimos porque todos somos pecadores, pero el castigo inmediato de Dios, el asolamiento de Dios en nuestras vidas cuando practicamos el pecado, el abandono del poder de Dios de su misericordia y su justicia de nuestras vidas, es un castigo inmediato y doloroso, más cuando somos instruidos en la justica de Dios y descaradamente pecamos. Dios advierte a Abimelec que lo que está por hacer es un acto que le costara la vida inmediata, la de él y todo su pueblo y por la falta de la fe en el Dios único y verdadero, la vida eterna también. Hay un principio bíblico muy hermoso que dice: El principio de la sabiduría es el temor a Jehová (Pro 1:7), Abimelec era un hombre pagano, fuera de toda instrucción de la palabra de Dios, pero cuando Dios le habla en sus sueños, éste atiende a su palabra y regresa a Sara a su esposo Abraham inmediatamente. Hermanos, Dios no juzgará ni enjuiciara a nadie injustamente, Dios nos advierte de nuestros pecados, de nuestras acciones pecaminosas, el Espíritu Santo de Dios, nos habla, nos enfrenta con nuestra conciencia de lo que está bien y lo que no está bien antes de cometer nuestros pecados. Dios tuvo misericordia de Abimelec y Abimelec tuvo temor de Dios.
Dios cerro toda matriz del pueblo de Abimelec y Dios le dice que una vez que regrese su mujer a su esposo, éste orara por él y todo su pueblo, pues Abraham era profeta, era un hombre escogido por Dios y Dios lo escucharía a él, a pesar de sus faltas y errores, Dios es fiel con nosotros aun que nosotros seamos infieles (Jer 31:32).


Observamos que Dios cierra todas las matrices del pueblo de Abimelec como prueba de la seriedad de la palabra de Dios; yo creo hermanos, que si Dios en estos días nos diera una advertencia tan clara como se la dio a Abimelec para que no pecara, seguramente nos detendríamos de pecar más a menudo, sin embargo la biblia fue escrita por santos de Dios con el objetivo de advertirnos a nosotros, los hombres del futuro, que Dios sigue siendo el mismo y que si en el pasado habló de esta manera a los hombres, hoy en día nos habla con todas estas evidencias y la más sublime de todas, la evidencia de nuestro Sr. Cristo Jesús, para escuchar su llamado y reunirnos en su corral (Heb 1:1).
Ciertamente Abraham no actuó adecuadamente al mentir y engañar a Abimelec respecto a su esposa Sara, Abimelec le relcama a Abraham le regresa a su mujer y le dio ovejas y vacas siervos y siervas, y Abraham ora a Dios y en ese mismo instante son sanas todas las mujeres del pueblo de Abimelec, y Abraham puede habitar entre ellos con paz y seguridad.


Hermanos, cuando somos hombres que buscamos de Dios con sinceridad, que procuramos seguir su palabra, así como Abraham, estamos propensos a pecar y cometer errores, el seguir a Dios no es una garantía de ser Santo y de que todo lo que haremos será perfecto, Juan nos dice en su primer carta, que si pecamos abogado tenemos en Cristo, este abogado de nosotros por Fe, también Abraham lo tenía, aquel como dice Isaías en el capítulo 45: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos. Este mismo Dios es al que debemos clamar de día y de noche, reconocer como ser supremo, como aquel que nos corrige para nuestra enseñanza, pero que nos encamina por el camino correcto a pesar de nuestros tropezones.
Que Dios los bendiga hermanos en esta semana, y nos vemos en la próxima con un poco más. Amén!

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