domingo, 14 de agosto de 2016

Genesis 21 - El nacimiento de Isaac - Podcast #0017



El libro de Génesis Cap. 21, Podcast #017
Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado. Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho. Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac. Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado. Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo. Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez. Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac. Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac. Por tanto, dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con Isaac mi hijo. Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente. Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto, y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. Y oyó Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco. Y habitó en el desierto de Parán; y su madre le tomó mujer de la tierra de Egipto.
Aconteció en aquel mismo tiempo que habló Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, a Abraham, diciendo: Dios está contigo en todo cuanto haces. Ahora, pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo ni a mi nieto, sino que conforme a la bondad que yo hice contigo, harás tú conmigo, y con la tierra en donde has morado. Y respondió Abraham: Yo juraré. Y Abraham reconvino a Abimelec a causa de un pozo de agua, que los siervos de Abimelec le habían quitado. Y respondió Abimelec: No sé quién haya hecho esto, ni tampoco tú me lo hiciste saber, ni yo lo he oído hasta hoy. Y tomó Abraham ovejas y vacas, y dio a Abimelec; e hicieron ambos pacto. Entonces puso Abraham siete corderas del rebaño aparte. Y dijo Abimelec a Abraham: ¿Qué significan esas siete corderas que has puesto aparte? Y él respondió: Que estas siete corderas tomarás de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo cavé este pozo. Por esto llamó a aquel lugar Beerseba; porque allí juraron ambos. Así hicieron pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec, y Ficol príncipe de su ejército, y volvieron a tierra de los filisteos. Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios eterno. Y moró Abraham en tierra de los filisteos muchos días. (Gen 21)

Como hemos escuchado, Dios visito a Sara como lo había prometido desde 25 años atrás, no por la gran bondad y paciencia de Sara y Abraham, o por su buen comportamiento que Dios cumple su promesa, sino porque Dios es fiel a pesar de Abraham y su mujer, a pesar de los errores de estos dos personajes Dios cumple su promesa y de una manera milagrosa. Siendo Abraham de 100 años y Sara de 90 y con un problema de esterilidad, nace Isaac; por gracia de Dios, para que ni Abraham y ni Sara se jactasen de haber engendrado a un hijo que traería reyes y príncipes a este planeta, sino para que, causando risa, den gloria a Dios por ese gran milagro y cumplimiento de su promesa.
Y cuando creció Isaac, y fue destetado, Ismael hijo de la egipcia Agar se burlaba de Isaac, y esto no le agrado en lo más mínimo a Sara, así que hablo con Abraham y le dijo que echara de su casa a la sierva y su hijo; y esto le pareció grave a Abraham. Recordemos que Ismael es también hijo de Abraham y lo que Sara le estaba pidiendo era algo muy delicado para la mente de un padre, pero recordemos, que la vida de todos los personajes de la biblia, del antiguo testamento, apuntan a nuestro Sr. Jesús y la redención de su pueblo, son sombras de lo que había de venir (Col 2:17).
Veamos algunas similitudes entre nuestro Sr Jesús e Isaac:
Nuestro Sr Jesús nació de manera sobrenatural, nació de una virgen llamada María (Luc 1:27), Isaac también nació de manera sobrenatural, de una mujer estéril ya anciana sin posibilidad de tener hijos naturalmente llamada Sara;
Nuestro Sr Jesús nació por la promesa de Dios de mandar a un Salvador a esta tierra (Deu 18:15), Isaac nació por la promesa que Dios hizo a Abraham quien le traería la descendencia incontable y de donde vendría nuestro Salvador, nuestro Sr. Jesús
Nuestro Sr Jesús nació siendo Rey de reyes y Señor de señores, Dios mismo quien no comparte su gloria con nadie, Dios celoso (Isa 42:8); Isaac nació con un hermano llamado Ismael y con el cual no compartirá su herencia.
Para entender un poco más esta situación entre Isaac e Ismael, tenemos que recurrir al libro de Gálatas donde Pablo nos ayuda a entender una alegoría, o paralelismo que se encuentra en ésta historia para a entender la libertad que ejercemos en Cristo Jesús, nuestro Salvador:
Pablo consternado por los judaizantes que se estaban infiltrando en la iglesia de Galicia, reprende a los gálatas preguntándoles que si habían nacido del espíritu o de la carne, ya que estos judaizantes estaban perturbándolos de guardar la ley de Moisés con obras, guardando días, cuidando comidas y lo más escandaloso, circuncidándose; así que Pablo les expone esta historia entre Isaac e Ismael para hacer entender que los hijos de la esclava son los de Agar la sierva, ya que Ismael nació por la carne, por el deseo de Abraham y Sara de ayudar a Dios, por medio de obras (como ya lo vimos en los podcasts anteriores), pero los hijos de la libre, o sea, los hijos de Sara son los hijos de la promesa, Isaac que nació por la promesa que hizo Dios a Abraham. En los tiempos de nuestro Sr Jesús los judíos se jactaban que eran hijos de Abraham, y con esto, hijos de la promesa, pero Pablo nos aclara que no son hijos de Abraham los que son por la carne, sino los que son por el espíritu diciendo: “Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. (Gal 3:6-7)”, además les informa lo que dice la ley de sí misma: “Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. (Gal 3:10:12)”. Y concluyendo dice: que, si quieren ser parte de la esclava, se esclavizaran a la ley, forzándose a hacer todo lo que la ley dice, cosa imposible, ya que nuestro Sr Jesús en su gran poder fue el único capaz de lograrlo; pero que si somos de Cristo juntamente crucificados a la ley en su cruz, entonces somos libres de la maldición de la ley, para que todo lo que hagamos lo hagamos en el amor de hijo de Dios que murió por todos nosotros (Gal 2:19-20), aquellos que buscamos a Dios en espíritu y en verdad, no por obras. De tal manera, que nosotros nacidos del espíritu, somos hijos de la promesa e hijos de Abraham.
Así que Dios le confirma a Abraham que atienda a todo lo que Sarah le diga, ya que Dios esta en control de todas las cosas y él se encargará de Ismael, ya que en Isaac, Abraham tendrá descendencia. Y a la mañana siguiente Abraham tomo a la sierva y a su hijo junto con alimento y los despidió; y estando Agar y su hijo en el desierto les falto agua y al llorar el niño Dios los escucho y los llevo hasta donde había una fuente de agua y Dios bendijo a Ismael y Dios estuvo con Ismael, y éste fue tirador de arco y su madre le tomo mujer de la tierra de Egipto.
También escuchamos, como Abimelec se acerca a Abraham junto con el príncipe de su ejército llamado Ficol para hacer pacto con Abraham, ya que Abimelec observa que Dios está con él en todo lo que hace, y hace un pacto con él y sus descendientes en el nombre de Dios y hubo ovejas y vacas de parte de Abraham para Abimelec, además que Abraham separa 7 corderas para reclamar un poso que le habían quitado los siervos de Abimelec, a lo cual Abimelec atiende ya de una manera de amistad. Es muy bello observar como nuestro Padre Abraham hace amistad con un hombre que le quiso quitar su mujer, y que termina pactando con él, invocando el nombre de Jehová Dios eterno, sin remordimientos ni rencores. Asi como los hijos de Dios nos debemos ver en este buen ejemplo de Abraham.

Hermanos, el amor de nuestro Dios se refleja a través en su fidelidad, en su compromiso a sus propios pactos y promesas que hizo con la humanidad a través de los patriarcas viéndose cumplidos en nuestro Sr. Jesús, el cual es la manifestación de todo lo hablado en el antiguo testamento, en él vivimos en libertad, no para el pecado, sino para la adoración perfecta en espíritu y verdad que demanda nuestro padre eterno que solo es posible si nacemos del Espíritu.

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