martes, 3 de enero de 2017

Devocional Enero 3 "Y te daré por pacto al pueblo" Isa 49:8 Charles Spurgeon Dia


3 de Enero
Isaías 49:8
"Y te daré por pacto al pueblo”
Jesucristo es en Sí mismo la suma y la sustancia del pacto, y es uno de sus dones. Él es propiedad de todo creyente. Hermano, ¿puedes calcular lo que has conseguido en Cristo?
"En él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" Según nos dice Pablo en su carta a los Colosenses. Considera la palabra "Dios" y su infinito alcance, y luego medita en "el Hombre perfecto" y toda su belleza; Porque todo eso es Cristo, como Dios y hombre, y lo que ha tenido y tiene, es tuyo, por pura Gracia, pasando a ti para ser tuyo para siempre. Nuestro bendito Jesús, como Dios, es omnisciente, omnipresente, omnipotente. ¿No te consuela saber que todos estos grandes y gloriosos atributos son totalmente tuyos? ¿Es El poderoso? Ese poder es tuyo para sostenerte y fortalecerte, para vencer a tus enemigos y para preservarte hasta el fin. ¿Es El amoroso? Bueno, no hay una gota de amor en su corazón que no sea tuya; Puedes sumergirte en el inmenso océano de su amor, y puedes decir todo esto: "Es mío." ¿Es El justo? Puede parecer un atributo severo, pero aun eso es tuyo, porque él, por su justicia, se ocupará de que todo lo que se te ha prometido en el pacto de gracia te sea ciertamente asegurado. Y todo lo que tiene como hombre perfecto es tuyo. Como un hombre perfecto, el placer del Padre estaba sobre él. Él fue aceptado por el Altísimo. Y tu hermano, en la aceptación de Cristo por parte de Dios es también tu aceptación; ¿O acaso no sabes que el amor que el Padre puso en un Cristo perfecto, se pone también sobre ti ahora? Porque todo lo que Cristo hizo es tuyo. Esa justicia perfecta que Jesús realizó, cuando llevo una vida sin mancha guardando la ley y haciéndola honorable, es tuya, y es imputada a ti. Cristo ES el pacto.
El poeta bautista Charles Wesley, escribió hace más de 250 años el Himno “My God, I am Thine”, “Dios mío, yo soy tuyo”, y a continuación lo cito:
"Dios mío, Yo soy tuyo, ¡qué divino consuelo!
¡Qué bendición saber que el Salvador es mío!
En el cordero celestial tres veces feliz estoy,
Y mi corazón baila al son de su nombre.

Hermanos, estemos dichosos con este divino consuelo, que Jesús se entregó por nosotros por Pacto perpetuo Isaías 49:8. Hasta mañana.

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