2 de Enero
Colosenses 4:2
"Perseverad
en la oración”
Es interesante
observar cuán grande es la parte de la Escritura que se ocupa con el tema de la
oración, ya sea dando ejemplos, o haciendo valer los preceptos de Dios, o en la
mención de las promesas de Dios.
Apenas abrimos la Biblia cuando comenzamos a leer en el libro de Génesis 4:26: "Entonces comenzaron los hombres a invocar el nombre del Señor", y justo cuando estamos a punto de cerrar la Escritura, el "Amén" del Libro de Apocalipsis de una súplica sincera nos alcanza. Las citas bíblicas son abundantes. Aquí encontramos a Jacob, también a un Daniel que oraba tres veces al día, y un David que con todo su corazón invocaba a su Dios. En la montaña vemos a Elías; En la mazmorra a Pablo y Silas. Tenemos multitudes de mandamientos e incontables promesas. ¿Qué nos enseña esto, sino la importancia sagrada y la necesidad de la oración? Podemos estar seguros de que todo lo que Dios ha resaltado en su Palabra, lo ha resaltado para que sobresalga en nuestras vidas. Si ha dicho mucho acerca de la oración, es porque sabe que tenemos mucha necesidad de ella. Tan profundas son nuestras necesidades, que aún en el cielo no debemos dejar de orar.
Apenas abrimos la Biblia cuando comenzamos a leer en el libro de Génesis 4:26: "Entonces comenzaron los hombres a invocar el nombre del Señor", y justo cuando estamos a punto de cerrar la Escritura, el "Amén" del Libro de Apocalipsis de una súplica sincera nos alcanza. Las citas bíblicas son abundantes. Aquí encontramos a Jacob, también a un Daniel que oraba tres veces al día, y un David que con todo su corazón invocaba a su Dios. En la montaña vemos a Elías; En la mazmorra a Pablo y Silas. Tenemos multitudes de mandamientos e incontables promesas. ¿Qué nos enseña esto, sino la importancia sagrada y la necesidad de la oración? Podemos estar seguros de que todo lo que Dios ha resaltado en su Palabra, lo ha resaltado para que sobresalga en nuestras vidas. Si ha dicho mucho acerca de la oración, es porque sabe que tenemos mucha necesidad de ella. Tan profundas son nuestras necesidades, que aún en el cielo no debemos dejar de orar.
¿No tienes
necesidad de nada? Entonces, temo que no conozcas tu pobreza. ¿No tienes misericordia
que pedir a Dios? ¡Entonces, que la misericordia del Señor te muestre tu
miseria!
Un alma sin
oración es un alma sin Cristo. La oración es el balbuceo del niño creyente, es el
grito del creyente luchador, el ruego del moribundo que se duerme en Jesús. Es
el aliento, la consigna, el consuelo, la fuerza, el honor de un cristiano. Si
eres hijo de Dios, buscarás el rostro de tu Padre todos los días, y vivirás en
el amor de tu Padre. Ora para que este año seas santo, humilde, celoso de la
palabra de Dios y paciente; ten una comunión más estrecha con Cristo, y entra
más a menudo en la casa donde te espera el gran banquete de su amor. Ora para
que seas ejemplo y bendición para los demás, y para que vivas más para la
gloria de tu Maestro. El lema para este año debe ser: " Perseverad en la
oración " Colosenses 4:2. Hasta mañana.
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