El libro de Mateo capítulo 3-a, Podcast #004
1En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el
desierto de Judea, 2y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos
se ha acercado. 3Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías,
cuando dijo:
Voz del que clama en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
Enderezad sus sendas.
4Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto
de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre.
5Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del
Jordán, 6y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.
7Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos
venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a
huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9y
no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre;
porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
10Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento;
pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más
poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 12Su aventador
está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y
quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
(Mateo 3:1-12)
Como hemos
escuchado, Juan predicaba en el desierto de Judea al Este del mar muerto en el
río Jordán, y su enfoque principal era el arrepentimiento con el bautismo en
agua.
La palabra “arrepentimiento” tiene el significado de regresar, de dar la vuelta, de dar un giro de 180 grados hacia Dios, hacia su palabra ya que en aquel tiempo los judíos que manejaban el templo se habían desviado, poniendo como mandamientos costumbres de hombres (Mat 15:8-9). La frase “el reino se ha acercado”, nos ilustra la creencia que tenían los judíos respecto a un reino Teocrático el cual derrocaría a Roma y cualquier opresor de su pueblo a través del Mesías, esto lo vemos en Daniel 2:44 donde dice: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” Este es un reino celestial, Juan está diciendo el reino celestial, el reino eterno, el invencible se ha acercado, y se ha acercado porque estaba preparando el camino de nuestro Sr Jesús;
La palabra “arrepentimiento” tiene el significado de regresar, de dar la vuelta, de dar un giro de 180 grados hacia Dios, hacia su palabra ya que en aquel tiempo los judíos que manejaban el templo se habían desviado, poniendo como mandamientos costumbres de hombres (Mat 15:8-9). La frase “el reino se ha acercado”, nos ilustra la creencia que tenían los judíos respecto a un reino Teocrático el cual derrocaría a Roma y cualquier opresor de su pueblo a través del Mesías, esto lo vemos en Daniel 2:44 donde dice: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre” Este es un reino celestial, Juan está diciendo el reino celestial, el reino eterno, el invencible se ha acercado, y se ha acercado porque estaba preparando el camino de nuestro Sr Jesús;
Juan es
considerado aquel que vendría a preparar
el camino del Señor según nos dice Isaías 40:3 “Voz
del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor, enderezad sus
sendas.”. Mateo quería dejar claro que Juan era un profeta de Dios,
aquel que vendría antes del fin como nos dice Malaquías 4:5 “He aquí, yo os
envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible”
Aunque la parte de grande y terrible aún no se cumple, pues nuestro Sr. Cristo
Jesús vendrá por segunda vez para ese juicio, Juan nos declara la voz del desierto para arrepentimiento el cual
nos endereza para el camino del Señor. En la antigüedad, cuando los reyes
viajaban de visita a sus poblados enviaban a heraldos y siervos delante de
ellos preparando el camino del rey, ya que los caminos no estaban en las
mejores condiciones y era necesario aplanarlos y enderezarlos para el paso del
rey, y proclamando el paso del Rey; inclusive hoy en día, los presidentes y
gobernantes del mundo hacen precisamente lo mismo, abriendo paso al gobernador
o presidente entre sus calles y carreteras proclamando el paso del presidente.
En el caso de la predicación de Juan, nosotros somos el camino que debe
enderezarse, el pueblo que debe doblar rodilla ante su majestad, aquellos que
debemos llegar a un arrepentimiento un giro de 180 grados hacia Dios y Juan es
el heraldo, aquel hombre que trae la estrategia de arrepentimiento para cuando
llegue el Rey y su justicia.
La vestimenta que usaba Juan corresponde a aquellos piadosos que
vivían afuera de la sociedad ya que estaban en contra de los dirigentes del
pueblo judío en Jerusalén en su época, como los esenios que vivían en el
desierto. Pero al mencionar Mateo a Juan con su vestimenta, alude a la
vestimenta de Elías según 2Reyes 1:8 donde nos dice: “Y
ellos le respondieron: Un varón que tenía vestido de pelo, y ceñía sus lomos
con un cinturón de cuero. Entonces él dijo: Es Elías tisbita.” Mateo nos
da otra pista que Juan tenía el espíritu del profeta Elías. Su comida era Miel silvestre y langostas
(una clase de Saltamontes) esta dieta también era practicada por los esenios, y
era principalmente para evitar la comida inmunda, era una clase de voto que
hacían los hombres que dedicaban su vida al servicio de Dios.
Juan llevaba una vida muy piadosa conforme a su época, y es
interesante que era muy diferente a la vida que llevo nuestro Sr Jesús, ya que
mientras Juan vivía apartado de la sociedad y sus costumbres, Jesús vivió entre
los hombres pecadores llevando las nuevas buenas.
También escuchamos,
que salían a Juan de Jerusalén, y toda
Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por Juan
en el Jordán, confesando sus pecados. El bautismo no era algo nuevo que
estuviera proclamando Juan, de hecho, era algo muy común que practicaban los
judíos, era una clase de baños de purificación que acostumbraban los judíos
para purificarse. Pero había una clase de bautismo con el cual los judíos que
se estaban convirtiendo se bautizaban para ser parte del pueblo, se sumergían
completamente en el agua en frente de su maestro y salían ya siendo pueblo de
Dios, este bautismo no lo practicaban los judíos de nacimiento, ya que ellos
eran pueblo de Dios al nacer de padres judíos, recibiendo la circuncisión a los
8 días y siguiendo la ley de Moisés adecuadamente. Cuando Juan predicaba esta
clase de bautismo los judíos se sentían ofendidos ya que ellos eran pueblo de
Dios porque venían de la sangre directa de Abraham, y es en esto donde Juan los
confronta diciéndoles: “¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó
a huir de la ira venidera? 8Haced, pues, frutos dignos de
arrepentimiento, 9y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A
Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede
levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.” Esto es un mensaje fuerte, sobre todo para un
hombre religioso que ha sido educado desde niño que él es el pueblo escogido de Dios y que
siguiendo los protocolos de los hombres serian salvos. Pero cuando Juan proclamaba el arrepentimiento,
no proclamaba algo ajeno para los judíos de nacimiento, de hecho era algo que
Dios constantemente les pedía cuando se aparataba de su palabra, un buen
ejemplo lo vemos en Isaías 30:15 donde la casa de Israel se estaba apartando a
pasos agigantados de la palabra de Dios, y Dios les dice que; “en
arrepentimiento y en reposo seréis salvos”, Israel está huyendo a Egipto para
resguardarse del Juicio de Dios, pero Dios les hablaba a través del profeta
Isaías diciendo que si se hubieran arrepentido y esperado en Dios, Dios los
haya rescatado, pero prefirieron confiar en sus profetas falsos que no les
predicaban palabra de Dios, sino palabra de hombres. Esto mismo, estaba
haciendo Juan el bautista al proclamar “Haced, frutos dignos de
arrepentimiento… ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por
tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.” Y hay una parte en el evangelio de Lucas donde
las multitudes asustadas le preguntaba a Juan que debían hacer, cuáles son esos frutos dignos de
arrepentimiento; y solo les voy a leer la palabra de Dios pues se explica
sola: Lucas 3:10-14 “Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces,
¿qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no
tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Vinieron también unos
publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Él les
dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. También le preguntaron unos
soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a
nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.” Estos mismos frutos que Juan proclamaba a
través del espíritu Santo, son los mismos frutos que hoy nos hablan las
escrituras a nosotros, si hoy has escuchado esta voz del desierto, te dice
preparar el camino del señor, haced frutos dignos de arrepentimiento.
También escuchamos que todos aquellos que se acercaban a Juan eran
bautizados confesando sus pecados.
Hace poco escuche de un hermano llamado Paul Washer una explicación respecto a la
confesión de pecados que les quiero compartir. Primeramente, la palabra
confesar proviene de la palabra griega Homologeo, la cual se divide en 2
palabras Homo que significa lo mismo y Logos que significa hablar, esto es hablar lo
mismo, o decir lo mismo, es simplemente confirmar lo que Dios nos ha puesto en
nuestro corazón, somos pecadores, Dios nos lo dice y nosotros lo confesamos
“Soy pecador”, Padre me arrepiento de mi pecado que tú me has revelado y en
este momento me confieso, confirmo lo que tú me dices. De esta manera podemos
tomar una fotografía de lo que hacían las personas que se acercaban a Juan,
diciendo: Soy un pecador (Confesando su pecado), Dios me ha revelado mi pecado,
me ha dejado ver el camino que llevaba y hoy me arrepiento (Regreso a Dios), y
justamente en ese momento eran bautizados.
Pero Juan solo bautizaba con agua para
arrepentimiento, y nos dice que viene otro tras de él, cuyo calzado no es digno de
llevar; en la antigüedad los esclavos se diferenciaban de los discípulos en el
servicio en los pies, un esclavo llevaba el cazado de su amo a todas partes, pero
un discípulo no, y Juan nos dice que él no es digno ni siquiera de ser esclavo
de Jesús.
Nos dice que Jesús nos bautizará en Espíritu
Santo y Fuego, esto hermanos se cumple en pentecostés, cuando cae en Jerusalén el
Espíritu Santo como promesa de Jesús para todos nosotros, para todos los que en
él creemos, en su nacimiento, en su vida, en muerte y en su resurrección, Pablo
nos extiende esto en su carta a los romanos cap. 6 versículos del 3 al 8:
"¿O no sabéis que todos los que hemos sido
bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la
semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo
esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque
el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo,
creemos que también viviremos con él."
También nos dice que el aventador
está en su mano, este aventador es un bieldo, es un tenedor gigante con el
cual los agricultores aventaban el trigo a gran altura y el aire se llevaba la
paja y el trigo que era más pesado caía en el granero, esta paja por lo general
se quemaba. Lo que Juan nos trata de decir es que Dios hará su separación, Dios
santificará a su pueblo a través del Espíritu Santo, a los que han recibido a
nuestro SR Jesús por medio del Espíritu Santo; y a los que no son pueblo, a los
que no se inclinan en su nombre, a los que hacen iniquidad, a los malvados de
este mundo a los que no reconocen la soberanía de nuestro Dios, para estos está
preparado el Fuego eterno.
Hermanos, la predicación de Juan el bautista es una predicación fuerte,
muchas veces difícil de digerir y aceptar, pero el juicio de nuestro Dios nunca
vendrá sin antes advertirnos, arrepentíos y hacer frutos dignos de este arrepentimiento.
Hoy Dios nos habla expresamente por medio el profeta Juan, que, según Mateo, un
poco más adelante en la escritura, fue el profeta más grande que Dios haya
enviado. Hermanos si hoy estamos caminando lejos de sus preceptos, de sus
mandamientos, regresemos a lo que Dios nos pide, a la obediencia, Dios no nos
pide ser perfectos como lo entendemos en nuestra cultura, él nos pide
obediencia, amor por su palabra, amor a nuestro Sr Jesús, a su obra redentora.
Que Dios los bendiga esta semana, y nos vemos en la próxima con un poco más.
Que Dios los bendiga esta semana, y nos vemos en la próxima con un poco más.
BIBLIOGRAFIA
Biblia version; Reina Valera 1960
Comentario del contexto cultural de la Biblia, N.T. Craig S. Keener
Diccionario bíblico Holman P. 2014
Armonía de los Evangelios, George W. Knight
Comentario David Guzic, Enduring Word
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