DEVOCIONALES INSPIRADOS EN “DIA Y NOCHE DE CHARLES SPURGEON”
1 de Septiembre
Sal 73: 24
"Me has
guiado según tu consejo, Y después me recibirás en gloria."
El salmista sentía la necesidad de la guía divina. Acababa de descubrir la necedad de su propio corazón, y para no ser constantemente descarriado por sus impulsos carnales, resolvió que el consejo de Dios lo debía guiar de ahora en adelante.
El salmista sentía la necesidad de la guía divina. Acababa de descubrir la necedad de su propio corazón, y para no ser constantemente descarriado por sus impulsos carnales, resolvió que el consejo de Dios lo debía guiar de ahora en adelante.
La percepción de
nuestra propia locura es un gran paso para la prudencia, cuando ésta nos lleva
a confiar en la sabiduría de Dios. El
ciego se apoya del brazo de su amigo y llega a su casa a salvo, igual nosotros,
de la misma manera implícita deberíamos dejarnos guiar por nuestro Dios, sin
dudar; seguros
que a pesar de que no podemos ver, siempre es seguro confiar en el Dios que
todo lo ve.
"Tú me guiarás"
es una expresión de confianza. David
estaba seguro de que el Señor no abandonaría la obra para con su pueblo, para
con aquellos que no hacen iniquidad.
Hoy hay una
palabra para ti, hermano; y puedes
descansar en ella. Puedes estar
seguro de que tu Dios será tu consejero y amigo; el que te guíe; el que te dirija en todos tus caminos. En
su Palabra escrita, en la biblia, tienes ésta seguridad en parte cumplida,
porque la Santa Escritura es su consejo para ti. ¡Dichosos nosotros
que tenemos la Palabra de Dios siempre para guiarnos! ¿Dónde se encuentra el
marinero sin su brújula? ¿Y dónde se encuentran
los cristianos sin la Biblia? Ésta,
la biblia, es la carta infalible, el mapa en donde se describen todos los bancos
de arena, y todos los canales de arenas movedizas de destrucción, hasta el
puerto de la salvación trazado y marcado por una persona que sabe todo el
camino. ¡Bendito
seas tú, oh Dios, que podemos confiar en ti para guiarnos ahora, y guiarnos
hasta el fin!
Y después de esta
guía en la vida, el salmista anticipa una recepción divina al final, diciendo:
"y después me recibirás en gloria." ¡Que bendición hermano! ¡Dios mismo te recibirá en
su gloria! ¡Aunque
errante, vagabundo y extraviado, él te traerá a salvo por fin a la gloria!
Esta es tu parte
hermano; vive
este día, esta bendición, y si acaso te envuelve la duda por aquellos que se
manejan sin la guía de Dios, regresa a este texto: “Me has guiado según tu
consejo, Y después me recibirás en gloria” Sal 73:24, que Dios los bendiga
hermanos, hasta la proxima semana.
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