Adán, conoció a Eva y Eva se embarazo y dio
a luz a su primer hijo, Caín. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue
pastor de ovejas y Caín labrador de la tierra.
Cierto tiempo, Caín trajo ofrenda para Dios,
escogió del fruto de la tierra que con trabajo había cosechado, y Abel su
hermano trajo también ofrenda para Dios, trajo de los primogénitos de sus
ovejas de lo más gordo de ellas, y ambos las presentaron al Señor. Dios vio con
agrado la ofrenda de Abel, pero no se agradó con la ofrenda de Caín. Caín se
enojó en gran manera y decayó su semblante. Entonces Dios hablo con Caín y
dijo: -Caín ¿porque te enojas?, si haces lo bueno yo te aceptaré, pero si no haces
el bien, el pecado está a la puerta deseando dominarte. Pero tú debes dominarlo
-. (Gen 4:3-7)
Caín dijo a su hermano Abel: “Vamos al
campo”. Y cuando estuvieron en el campo, Caín atacó a su hermano Abel, y lo
mato.
Entonces Dios dijo a Caín -¿Que has hecho?, La
voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra-, en ese momento
maldijo Dios a Caín: -Maldito seas tú de la tierra que ha abierto su boca para
recibir de tu mano la sangre de tu hermano, cuando labres la tierra, no te
volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra-. Y así salió Caín
y habito en la tierra de Nod al oriente de Edén, y conoció allí a su mujer y
tuvo hijos e hijas. (Gen 4:8-24)
Y Adán intimó nuevamente con Eva, y Eva dio
a luz un hijo a los 130 Años de Adán y lo llamo Set, como sustituto de su
hermano Abel, y Adán vivió 800 años y engendro a hijos e hijas. Y Set tuvo a
Enós y entonces los hombres empezaron a invocar el nombre de Dios.
Enós engendro a Cainán, y Cainán a
Mahalaleel, y Mahalaleel a Enoc, y Enoc a Matusalén, y Matusalén a Lamec y
todos tuvieron hijos e hijas, pero Lamec a los 182 años de edad engendro a Noé,
y Noé a sus 500 años de vida engendro a Sem, Cam y Jafet. (Gen 5:1-32)
Y aconteció que cuando los hombres empezaron
a multiplicarse sobre toda la tierra, les nacieron hijas, con aspecto hermoso que
los hijos de Dios desearon, y llegándose a ellas les engendraron hijos. (Gen
6:1-3, Enoc 6:1-2) Estos hijos fueron los Gigantes guerreros, los grandes
tiranos, que dejaron leyenda entre los hombres por perpetuidad, de varones de
renombre. (Gen 6:4, Enoc 6:3-5)
Entonces Dios vio que la maldad de los
hombres era mucha en la tierra, y que el pensamiento del corazón del hombre era
de continuo el mal. Y se arrepintió Dios de haber hecho el hombre, y le dolió
en el corazón; y dijo Dios: “Raeré de sobre la faz de la
tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el
reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.”
Pero Noé halló a gracia ante los ojos de
Dios. (Gen 6:5-8)
Como
hemos escuchado, “Adán conoció a Eva y
Eva se embarazó”, este es el primer momento en la biblia donde se habla de
las relaciones sexuales entre Adán y Eva. La palabra conoció implica la
intimación entre un hombre y una mujer sexualmente (Jue 11:39, 1Sam 1:19, Mat
1:25). También a partir de aquí, todos los descendientes de Adán y Eva serán
hijos del pecado, y con el pecado hijos para el asecho de la muerte, hasta la
llegada de nuestro Sr Jesús.
Y Eva
tuvo a Caín y después a Abel. Caín se dedicó a la agricultura y Abel a la
domesticación de animales. Al momento que Caín y Abel dieron ofrenda para Dios;
Dios se agradó con la ofrenda de Abel, pero no con la de Caín. El libro de
hebreos nos dice “por la Fe Abel ofreció
más excelente sacrificio que Caín, y por ella fue declarado justo (Heb 11:4)”.
Aquí podemos distinguir que ambos ofrecieron buena ofrenda, pero Abel llevaba
la Fe en su corazón, como algo mas excelente en su ofrenda, mientras que Caín
llevaba el orgullo de su trabajo (Jud 1:11). Sin embargo, Dios advierte a Caín
de su orgullo y lo invita a hacer lo correcto como su hermano Abel
diciendo: -Caín ¿porque te enojas?, si haces lo bueno yo te aceptaré, pero si no
haces el bien, el pecado está a la puerta deseando dominarte. Pero tú debes
dominarlo -. (Gen 4:3-7) Muchas veces pensamos que nosotros no tenemos
fuerza para combatir nuestros pecados, para evitarlos, pero en este versículo
Dios le dice a Caín que él debe dominar su pecado, ¿cuál era el pecado de
Caín?, su orgullo, orgullo que, aun en nuestras vidas cristianas sigue siendo
muy difícil de dominar, pero Dios nos habla para que lo hagamos o suframos las
consecuencias de no hacerlo.
Por su
orgullo Caín fue destinado a la muerte matando a su hermano, Caín prefirió
seguir con el deseo de su corazón antes que el mandato de Dios, pero Abel por
su Fe fue salvo para la vida venidera, pues Abel creyó en la promesa de Dios
que le hizo a su madre Eva, que vendría aquel que aplastaría la cabeza de la
serpiente, aquel que nos libertaria de nuestros pecados, nuestro Sr. Cristo
Jesús. Por lo tanto, encontramos que la simiente de la serpiente estaba en Caín,
dominándolo en su orgullo y la de Eva en Abel, esperanzándolo con la Fe. Caín
fue maldecido al igual que la serpiente y en su simiente llevaría esta
maldición, ósea, sus descendientes harían de continuo el mal pues en ellos no
vivía la promesa, vivían para ellos y por ellos, mientras que Abel recibió la
bendición de la promesa de la restauración de todas las cosas ya que por su Fe
fue salvo.
Una
pregunta muy común, es. con quien se casó Caín, si los únicos habitantes de la
tierra era la familia de Adán y Eva? Bueno claramente es que se casó con su
hermana, Adán tuvo hijos e hijas y Caín tomo a una de sus hermanas y la hizo su
mujer, en esos días no había la prohibición de casarse entre familia, pero en
el momento indicado Dios lo prohibió.
También
escuchamos que, Adán nuevamente conoció a su esposa y Eva dio a luz a Set. Por
medio de Set llega Noé, el que traerá reposo, el que dará descanso al
trabajador de una tierra maldita. Noé esta al final de la lista de los
descendientes de Adán, en la lista de los que llevan la simiente de Eva, de los
que creen en la promesa de Dios y Glorifican el nombre de Dios. Noé nos lleva a
una pequeña redención de un Juicio que está próximo a venir, el diluvio. En Noé
encontramos algunas similitudes en nuestro Salvador Cristo Jesús, nuestro
verdadero redentor, en donde debemos poner nuestros ojos, hombre intachable
para redimirnos con su sangre de un castigo justo como lo hubo en los tiempos
de Noé. (Mat 24:37-42)
También
escuchamos el polémico versículo de los gigantes que habitaban en la tierra, los
hijos de los hijos de Dios engendrados con las mujeres de los hombres, hombres
de renombre y que marcaron la historia del mundo antiguo. Muchos tomas a estos
hijos de Dios como ángeles, pero revisando este versículo podemos detectar que
la palabra gigante se refiere no solo a hombres o seres de gran estatura, sino
a hombres poderosos, hombres influyentes, grandes guerreros, hombres que se decían
a sí mismos hijos de Dioses (en su paganismo), hombres especiales que infundían
gran temor a las poblaciones, podemos hablar de reyes y príncipes de aquellos
tiempos, así que estos tomaron para sí mujeres, o sea, varias mujeres de entre
todas las mujeres incluyendo de los descendientes de Set, de aquellos que
tenían el temor de Dios y creían en la promesa de la redención.
Cuando
Dios vio que el mal en los hombres iba en aumento, Dios no hace referencia a
los seres gigantes o engendros especiales sino a humanos normales, que sus
corazones iban de continuo el mal, a Dios le dolió en su corazón el haber
creado al hombre, podemos ver que a Dios no le dolieron los hijos de Dios, o
los ángeles, le dolieron los hombres, pues el hombre se contaminaba de la simiente
de la serpiente, rechazando la promesa de Dios y viviendo para sí mismos. Así
que Dios le dio al mundo 120 años para destruir a todo ser vivo de toda la
tierra. Pero Noé encontró gracia ante los ojos de Dios, Dios se apiado de Noé y
de su simiente.
Hermanos,
la redención de nosotros no depende de tener la simiente de Eva o de la
serpiente, pues esto se habló de nuestro Sr. Cristo Jesús quien aplasto la
cabeza de la serpiente en la Cruz, ahora si nosotros somos Cristianos hechura
de Dios somos, somos en Cristo hijos de
Dios (Efe 2:10), en nuestros días, como en los anteriores aquel que sigue su
camino sin la guía de Dios, toma la decisión de llevar en su vida la maldición
del pecado (la cual es la muerte), pues no ha sido regenerado, y por
consiguiente es hijo de la serpiente, de satanás; en su primer carta Juan nos
advierte lo siguiente “Todo aquel que es
nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en
él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los
hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que
no ama a su hermano, no es de Dios. (1Juan 3:9-10)” Hermanos, que Dios nos
permita discernir que la voluntad de Dios es lo primero que debe manifestarse
en nuestras decisiones, no como Caín que siguió su propio consejo y fue y mató
a su hermano. Que Dios nos guarde de la maldad de este tiempo, que nos acerque
a su consejo, pero sobre todo que nos regenere con la Fe que es en Cristo
Jesús. Amen.
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