sábado, 19 de marzo de 2016

Los primeros habitantes de la tierra #004



LOS PRIMEROS HABITANTES DE LA TIERRA
Adán, conoció a Eva y Eva se embarazo y dio a luz a su primer hijo, Caín. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas y Caín labrador de la tierra.
Cierto tiempo, Caín trajo ofrenda para Dios, escogió del fruto de la tierra que con trabajo había cosechado, y Abel su hermano trajo también ofrenda para Dios, trajo de los primogénitos de sus ovejas de lo más gordo de ellas, y ambos las presentaron al Señor. Dios vio con agrado la ofrenda de Abel, pero no se agradó con la ofrenda de Caín. Caín se enojó en gran manera y decayó su semblante. Entonces Dios hablo con Caín y dijo: -Caín ¿porque te enojas?, si haces lo bueno yo te aceptaré, pero si no haces el bien, el pecado está a la puerta deseando dominarte. Pero tú debes dominarlo -. (Gen 4:3-7)
Caín dijo a su hermano Abel: “Vamos al campo”. Y cuando estuvieron en el campo, Caín atacó a su hermano Abel, y lo mato.
Entonces Dios dijo a Caín -¿Que has hecho?, La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra-, en ese momento maldijo Dios a Caín: -Maldito seas tú de la tierra que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano, cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra-. Y así salió Caín y habito en la tierra de Nod al oriente de Edén, y conoció allí a su mujer y tuvo hijos e hijas. (Gen 4:8-24)
Y Adán intimó nuevamente con Eva, y Eva dio a luz un hijo a los 130 Años de Adán y lo llamo Set, como sustituto de su hermano Abel, y Adán vivió 800 años y engendro a hijos e hijas. Y Set tuvo a Enós y entonces los hombres empezaron a invocar el nombre de Dios.
Enós engendro a Cainán, y Cainán a Mahalaleel, y Mahalaleel a Enoc, y Enoc a Matusalén, y Matusalén a Lamec y todos tuvieron hijos e hijas, pero Lamec a los 182 años de edad engendro a Noé, y Noé a sus 500 años de vida engendro a Sem, Cam y Jafet. (Gen 5:1-32)
Y aconteció que cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobre toda la tierra, les nacieron hijas, con aspecto hermoso que los hijos de Dios desearon, y llegándose a ellas les engendraron hijos. (Gen 6:1-3, Enoc 6:1-2) Estos hijos fueron los Gigantes guerreros, los grandes tiranos, que dejaron leyenda entre los hombres por perpetuidad, de varones de renombre. (Gen 6:4, Enoc 6:3-5)
Entonces Dios vio que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que el pensamiento del corazón del hombre era de continuo el mal. Y se arrepintió Dios de haber hecho el hombre, y le dolió en el corazón; y dijo Dios: “Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.”
Pero Noé halló a gracia ante los ojos de Dios. (Gen 6:5-8)

Como hemos escuchado, “Adán conoció a Eva y Eva se embarazó”, este es el primer momento en la biblia donde se habla de las relaciones sexuales entre Adán y Eva. La palabra conoció implica la intimación entre un hombre y una mujer sexualmente (Jue 11:39, 1Sam 1:19, Mat 1:25). También a partir de aquí, todos los descendientes de Adán y Eva serán hijos del pecado, y con el pecado hijos para el asecho de la muerte, hasta la llegada de nuestro Sr Jesús.
Y Eva tuvo a Caín y después a Abel. Caín se dedicó a la agricultura y Abel a la domesticación de animales. Al momento que Caín y Abel dieron ofrenda para Dios; Dios se agradó con la ofrenda de Abel, pero no con la de Caín. El libro de hebreos nos dice “por la Fe Abel ofreció más excelente sacrificio que Caín, y por ella fue declarado justo (Heb 11:4)”. Aquí podemos distinguir que ambos ofrecieron buena ofrenda, pero Abel llevaba la Fe en su corazón, como algo mas excelente en su ofrenda, mientras que Caín llevaba el orgullo de su trabajo (Jud 1:11). Sin embargo, Dios advierte a Caín de su orgullo y lo invita a hacer lo correcto como su hermano Abel diciendo:  -Caín ¿porque te enojas?, si haces lo bueno yo te aceptaré, pero si no haces el bien, el pecado está a la puerta deseando dominarte. Pero tú debes dominarlo -. (Gen 4:3-7) Muchas veces pensamos que nosotros no tenemos fuerza para combatir nuestros pecados, para evitarlos, pero en este versículo Dios le dice a Caín que él debe dominar su pecado, ¿cuál era el pecado de Caín?, su orgullo, orgullo que, aun en nuestras vidas cristianas sigue siendo muy difícil de dominar, pero Dios nos habla para que lo hagamos o suframos las consecuencias de no hacerlo.
Por su orgullo Caín fue destinado a la muerte matando a su hermano, Caín prefirió seguir con el deseo de su corazón antes que el mandato de Dios, pero Abel por su Fe fue salvo para la vida venidera, pues Abel creyó en la promesa de Dios que le hizo a su madre Eva, que vendría aquel que aplastaría la cabeza de la serpiente, aquel que nos libertaria de nuestros pecados, nuestro Sr. Cristo Jesús. Por lo tanto, encontramos que la simiente de la serpiente estaba en Caín, dominándolo en su orgullo y la de Eva en Abel, esperanzándolo con la Fe. Caín fue maldecido al igual que la serpiente y en su simiente llevaría esta maldición, ósea, sus descendientes harían de continuo el mal pues en ellos no vivía la promesa, vivían para ellos y por ellos, mientras que Abel recibió la bendición de la promesa de la restauración de todas las cosas ya que por su Fe fue salvo.
Una pregunta muy común, es. con quien se casó Caín, si los únicos habitantes de la tierra era la familia de Adán y Eva? Bueno claramente es que se casó con su hermana, Adán tuvo hijos e hijas y Caín tomo a una de sus hermanas y la hizo su mujer, en esos días no había la prohibición de casarse entre familia, pero en el momento indicado Dios lo prohibió.
También escuchamos que, Adán nuevamente conoció a su esposa y Eva dio a luz a Set. Por medio de Set llega Noé, el que traerá reposo, el que dará descanso al trabajador de una tierra maldita. Noé esta al final de la lista de los descendientes de Adán, en la lista de los que llevan la simiente de Eva, de los que creen en la promesa de Dios y Glorifican el nombre de Dios. Noé nos lleva a una pequeña redención de un Juicio que está próximo a venir, el diluvio. En Noé encontramos algunas similitudes en nuestro Salvador Cristo Jesús, nuestro verdadero redentor, en donde debemos poner nuestros ojos, hombre intachable para redimirnos con su sangre de un castigo justo como lo hubo en los tiempos de Noé. (Mat 24:37-42)
También escuchamos el polémico versículo de los gigantes que habitaban en la tierra, los hijos de los hijos de Dios engendrados con las mujeres de los hombres, hombres de renombre y que marcaron la historia del mundo antiguo. Muchos tomas a estos hijos de Dios como ángeles, pero revisando este versículo podemos detectar que la palabra gigante se refiere no solo a hombres o seres de gran estatura, sino a hombres poderosos, hombres influyentes, grandes guerreros, hombres que se decían a sí mismos hijos de Dioses (en su paganismo), hombres especiales que infundían gran temor a las poblaciones, podemos hablar de reyes y príncipes de aquellos tiempos, así que estos tomaron para sí mujeres, o sea, varias mujeres de entre todas las mujeres incluyendo de los descendientes de Set, de aquellos que tenían el temor de Dios y creían en la promesa de la redención.
Cuando Dios vio que el mal en los hombres iba en aumento, Dios no hace referencia a los seres gigantes o engendros especiales sino a humanos normales, que sus corazones iban de continuo el mal, a Dios le dolió en su corazón el haber creado al hombre, podemos ver que a Dios no le dolieron los hijos de Dios, o los ángeles, le dolieron los hombres, pues el hombre se contaminaba de la simiente de la serpiente, rechazando la promesa de Dios y viviendo para sí mismos. Así que Dios le dio al mundo 120 años para destruir a todo ser vivo de toda la tierra. Pero Noé encontró gracia ante los ojos de Dios, Dios se apiado de Noé y de su simiente.

Hermanos, la redención de nosotros no depende de tener la simiente de Eva o de la serpiente, pues esto se habló de nuestro Sr. Cristo Jesús quien aplasto la cabeza de la serpiente en la Cruz, ahora si nosotros somos Cristianos hechura de Dios somos, somos  en Cristo hijos de Dios (Efe 2:10), en nuestros días, como en los anteriores aquel que sigue su camino sin la guía de Dios, toma la decisión de llevar en su vida la maldición del pecado (la cual es la muerte), pues no ha sido regenerado, y por consiguiente es hijo de la serpiente, de satanás; en su primer carta Juan nos advierte lo siguiente “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. (1Juan 3:9-10)” Hermanos, que Dios nos permita discernir que la voluntad de Dios es lo primero que debe manifestarse en nuestras decisiones, no como Caín que siguió su propio consejo y fue y mató a su hermano. Que Dios nos guarde de la maldad de este tiempo, que nos acerque a su consejo, pero sobre todo que nos regenere con la Fe que es en Cristo Jesús. Amen.

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