sábado, 26 de marzo de 2016

Noé y el diluvio #005



Noé y el Diluvio

Noé, apartado de la maldad de su generación, justo ante los ojos de Dios y perfecto en sus generaciones, recibió palabra de Dios; “He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra. Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera”. “Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá. Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán”. (Gen 6:13-19)
“De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra. También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra. Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la faz de la tierra a todo ser viviente que hice”. Y Noé hizo conforme a todo lo que le mandó Dios. (Gen 7:1-5).
A los 600 años de Noé, el día 17 del 2do mes, las cataratas de los cielos fueron abiertas durante 40 días y 40 Noches. “En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca” (Gen 7:12,13)
Y las aguas crecieron y alzaron el arca, y esta se elevó sobre la tierra. “Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.” (Gen 7:17,21)
Y prevalecieron las aguas 150 días, y acordándose Dios de Noé, hizo pasar un viento sobre la tierra y disminuyeron las aguas y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. Y las aguas se retiraron hasta pasados otros 150 días quedando el arca sobre los montes de Ararat (Gen 7:24-8:4)
Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él. (Gen 8:5-8:12)

“Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. Entonces habló Dios a Noé, diciendo: Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.” Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. (Gen 8:14-20)
Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. (Gen 8:20-22)

Como hemos escuchado, Noé fue considerado por Dios un hombre justo y perfecto en sus generaciones, esto nos habla que el padre de Noé fue también un varón justo y así su genealogía hasta Adán. Noé mantuvo en su vida la semilla que sus padres le dejaron, aquella esperanza de la regeneración de todas las cosas, de la semilla o simiente prometida por Dios, de nuestro Sr. Cristo Jesús. 
Esto también nos habla que Noé era un hombre que buscaba de Dios ya que no se contaminó de la simiente de la serpiente y su fe se vio clara al creer en la instrucción de Dios de construir el Arca que le salvaría la vida a él y a su familia; el autor de la carta a hebreos nos corrobora esto diciendo: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. (Heb 11:6-7).
También escuchamos que Noé metió de todos los animales parejas, macho y hembra para conservar las especies, metió en el arca 7 parejas de los animales Limpios y solo una de los animales que no son limpios. Dios tenía seleccionados los animales que le eran permitidos a los hombres para usar como ofrendas; en este caso eran los animales limpios como las ovejas y las vacas principalmente, y a lo que consideraba no limpio eran aquellos animales, por lo general de carroña, o con ciertas especificaciones que no servían para las ofrendas a Dios. En el libro de levítico Dios especifica claramente que animales eran de una u otra clase, pero en este pasaje al perecer Noé lo sabía y lo hizo como Dios lo mando.
Ahora, saber cómo Noé metió todas esas bestias y animales de todo tipo al arca, puede imaginarse algo sumamente complicado, pero como vemos en la naturaleza de algunos animales, existe el instinto de migración, seguramente Dios puso en los animales esta necesidad de emigrar al arca para su salvación.
Cuando las aguas cayeron del cielo, la palabra dice que se abrieron las cataratas de los cielos. Hay una implicación muy fuerte de que, en la antigüedad había un manto de agua que recubría toda la tierra y proveía un clima especial a la tierra en aquel entonces, de tal manera que el ser huma podía vivir tantos años como vivió Noé y sus antepasados.
Las aguas llegaron a una altura que cubrieron los Montes más altos, y de esta manera Dios eliminó todo ser que tenía aliento de vida. Este fue el juicio de Dios por toda la maldad que se encontraba en el mundo, Jesús nos dijo que: Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. Noé predico el diluvio durante 120 años, mientras predicaba, daba el testimonio de su fe construyendo el arca que lo protegería del juicio de Dios. Muchas veces nosotros no predicamos con nuestro ejemplo teniendo el ejemplo máximo de la biblia, nuestro Sr. Jesús, aquel que bajo de su trono, se hizo carne, se humillo como uno de nosotros a su Padre, vivió en perfección, nos revelo el verdadero entendimiento de la palabra de Dios, fue llevado a la cruz, padeció por todos nosotros y murió en la Cruz, para ser posteriormente resucitado por el padre y dar testimonio de su resurrección a sus apóstoles, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del padre hasta que todos sus enemigos estén postrados a sus pies. Si el ejemplo de Noé no es suficiente para temer el juicio de Dios, entones escuchemos a nuestro Sr. Jesús.
Noé para comprobar que la tierra se había secado, mando aves que fueran y vinieran hasta que hallasen lugar para habitar, mando un cuervo y una paloma. Algo muy bello de esto, es que la paloma después de varios viajes en su último retorno trajo consigo una hoja de olivo en el pico. Se podría decir que esta ave trajo las mejores noticias a Noé después de estar alrededor de 300 días en el arca.
Y al salir Noé, su familia y todos los animales, Noé ofreció sacrificio para Dios, construyó altar para Dios y allí sacrifico animales inocentes para Dios. Aquí podemos apreciar que Noé estaba sumamente agradecido con Dios por su misericordia que había tenido con él, y tuvo convivio con Dios como se hacía antes que llegara nuestro Sr. Jesús, a través de sacrificios y ofrendas. Hoy en día debemos ser agradecidos con Dios más grandemente que Noé, pues Dios los salvo del diluvio, pero en Jesús somos salvos de la muerte, somos introducidos en el arca de su sacrificio para ver cara a cara a nuestro Padre eterno y nuestro Sr. Cristo Jesús.
Hermanos, el diluvio fue un juicio impartido por Dios por la maldad que había en el mundo, un juicio en el que solo una familia de 8 integrantes se salvó. Deseo de todo corazón que no escuchen estas palabras como algo que no importa, como algo que paso y Dios jamás hará de nuevo. Veamos cómo están nuestras calles y barrios, como hay guerra y falta de caridad en el mundo. Tengamos temor del que puede destruir nuestro espíritu por nuestra maldad, volvamos a los rediles de Dios y escapemos del juicio que viene a toda carne en fuego que, si pensamos que tardara mucho, entonces pensamos como la gente en los tiempos de Noé.

Que Dios los bendiga, con todo el Espíritu Santo de Dios para entender este mensaje, en el nombre de nuestro SR. Cristo Jesús. ¡Amen!

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